¿Cuándo llegará el día de mi suerte?

Sin duda todos hemos soñado con ese día donde nos anuncian que un tío rico dejó algo para nosotros en su testamento, o por alguna razón somos los afortunados depositarios de una herencia inesperada. Pues la cruda realidad es que recibir esa riqueza generacional requiere planeación financiera y los norteamericanos blancos, si que lo saben hacer.

De hecho las herencias son una de las principales causas de la riqueza generacional en USA, aproximadente 2 de cada 5 personas mayores de 70 años para el año 2022 habían vivido lo suficiente para que sus padres y tías favoritas tuviesen un fallecimiento lamentable pero oportuno, dejándoles algo de fortuna.

Desde 1992, el número de personas que reciben herencias de sus padres casi se ha duplicado, mientras que los legados de abuelos y tíos se han mantenido estables. La cincuentena es la edad en la que se hereda más, lo que tiene sentido si se tiene en cuenta que una persona de 65 años de media en EE.UU. puede esperar vivir hasta los 83 años y que sus padres, por desgracia, son mortales.

Estas ganancias inesperadas incluyen viviendas y otros bienes inmuebles. También incluyen donaciones y fideicomisos relacionados, pero éstos van a parar a un porcentaje mucho menor de estadounidenses. No incluyen los bienes que le haya dejado su cónyuge, a menos que estuvieran divorciados en el momento de la donación.

De acuerdo a la encuesta trianual de la Reserva Federal, con la ayuda del NORC de la Universidad de Chicago, si sólo se tiene en cuenta a los pocos afortunados que han heredado algo, su media es de 266.000 dólares. Y si nos fijamos sólo en los que tienen más de 70 años, asciende a 344.000 dólares. Por supuesto, ese es el valor en el momento de la donación. Si añadimos la inflación y los rendimientos del mercado, muchos legados valdrán mucho más.

La mayoría de nosotros probablemente crecimos con un modelo mental de las herencias como un golpe de suerte inesperado y aleatorio, como ganar la lotería o encontrar petróleo. Pero cuando echamos números, descubrimos que no eran aleatorias en absoluto.

Los blancos tienen tres veces más probabilidades de heredar que sus amigos negros, hispanos o asiáticos. La diferencia se reduce ligeramente cuando se tiene en cuenta el hecho de que el estadounidense blanco típico es mayor que sus vecinos, pero sigue siendo lo suficientemente grande como para ayudar a explicar por qué la familia blanca típica tiene más de seis veces el patrimonio neto de la familia estadounidense negra típica.

Parece ser un caso de la Biblia: “Pues al que tiene, se le dará más, y tendrá bastante; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Mateo 13:12”. Así es como en Estados Unidos El 50% de la población con menos ingresos hereda apenas la mitad que el resto del país, mientras que el 1% de la población más rica tiene el doble de probabilidades de heredar algo.

John Ricco, investigador asociado de la Facultad de Derecho de Yale quien lleva años trabajando con estos datos, confirmó para el Washington Post que las herencias hacen más ricos a los ricos. Pero la verdadera herencia de un niño rico va mucho más allá del valor en dólares; es una riqueza un poco invisible:

Estas innumerables ventajas no se pueden medir por sí solas, pero la herencia es un indicador fiable de su presencia. Según los economistas Pedro Salas-Rojo, del Instituto Internacional de Desigualdades de la London School of Economics, y Juan Gabriel Rodríguez, de la Universidad Complutense de Madrid, que aplicaron el aprendizaje automático a ediciones anteriores de los mismos datos de la Reserva Federal, una sola variable -la cantidad heredada- puede explicar más del 60% de la desigualdad de la riqueza en Estados Unidos.

Asi que quien quiera garantizar la seguridad económica de su descendencia y dejar un legado para el futuro, lo más inteligente es iniciar desde ya a planear como trasladar su riqueza a las siguientes generaciones y esto se hace a través de un Living Trust como lo explica el experto Sergio Jimenez, es hora que los hispanos nos preparemos para salir exitosos en el reto de crear riqueza.

Fuente consultada: The Washington Post

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