Lo que nos espera este 2024 según los economistas

El reto global anunciado en Davos 2024 es recuperar la confianza. Los sucesos económicos más inmediatos serán: Crecimiento débil, inflación a la baja, tipos de interés más bajos, repunte de los mercados de renta fija y elecciones políticas al rededor del mundo, estos son los temas clave que marcarán 2024.

En la mayoría de los países, esto se deberá a la continua transmisión de la política monetaria de los gobiernos ajustando sus cinturones, es decir refinanciando las deudas de los países a más largo plazo, y sostener las tasas altas por lo menos hasta mediados del año en curso.

Esto se debe en parte a que la economía europea ha tenido que hacer frente a mayores vientos en contra durante el pasado año: Guerras y el aumento de los precios de la energía que está acelerando el decaimiento de algunos sectores de la industria europea, y la región ha estado más expuesta a la recesión mundial del sector manufacturero de este año, cuyos efectos indirectos se están dejando sentir ahora en el sector servicios. Esto significa que 2024 será probablemente otro año en el que el dólar se mantenga más fuerte de lo que la mayoría de los analistas parecen esperar.

Los ciclos inflacionistas siguen estando fuertemente impulsados por las distorsiones de precios y de oferta surgidas durante la pandemia. De ello se deduce que, a medida que se desvanezcan las distorsiones de la época de la pandemia, la inflación seguirá bajando. De hecho, se piensa que la inflación estadounidense acabará desacelerándose más rápidamente de lo que esperan los responsables de la Reserva Federal, acercándose a la zona de confort de los Bancos Centrales que es un 2%.

Los economistas creen que es probable que las tasas de interés en EE.UU. bajen más de lo que esperan los mercados, especialmente durante el último trimestre del año. Además de la Fed, esperamos que el BCE, el Banco de Inglaterra, el Banco de Inglaterra, el Banco de la Reserva de Australia, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda y el Riksbank recorten los tipos el año que viene y que los rendimientos de los bonos caigan en todas las economías avanzadas. Del mismo modo, se cree que la mayoría de los bancos centrales de los mercados emergentes recortarán los tipos de interés, aunque a un ritmo algo más lento de lo que prevén actualmente.

La recuperación de China estará impulsada por un mayor apoyo fiscal y se centrará en los sectores habituales (especialmente las obras de infraestructura). Sin embargo esta estrategia basada en subsidios y atracción de inversión debilita el presupuesto público, a la vez que el crecimiento demográfico se frena, todo ellos unido las tensiones con sus socios comerciales, especialmente EE.UU. y Taiwan. En consecuencia, en contraste con el consenso, los expertos esperan que la recuperación se desvanezca en la segunda mitad del año y que el crecimiento vuelva a una senda más débil en 2025 y más allá. 

Es cierto que la IA (Inteligencia Artificial) tiene el potencial de impulsar un aumento significativo del crecimiento de la productividad, pero que se necesitarán varios años para que la infraestructura y los procesos se adapten a esta nueva tecnología. Por tanto, es probable que la mayor parte del impulso asociado al crecimiento del PIB llegue en la década de 2030 y no en la presente, superando los peligros a la privacidad y la seguridad global. Sin embargo el optimismo en torno a la IA seguirá impulsando los precios de la renta variable en 2024, especialmente en EE.UU., lo que contribuirá a que el S&P 500 registre otro año de rendimientos de dos dígitos.

Por último, se anuncia como el mayor año electoral de la historia, con votantes de Indonesia, India, EE.UU. y, probablemente, el Reino Unido, que acudirán a las urnas en 2024. Aunque las elecciones dominan los ciclos de noticias -y son fuentes de volatilidad potencial a corto plazo en los mercados financieros-, se tiende a exagerar su capacidad para influir de forma sostenida en la trayectoria de las economías, entre otras cosas porque el efecto de la mayoría de los cambios políticos es incierto y depende del contexto presente de cada gobernante y las presiones que enfrente durante su mandato.

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